Esta paciente robótica no tiene miedo a su dentista, quien en realidad es un estudiante que la utiliza como instrumento de prácticas en la Universidad de Showa en Tokio (Japón). Mide 1,57m de alto y tiene un aspecto definitivamente humano, con detalles como el movimiento de los ojos y de la lengua de forma programada o mediante un mando que maneja el profesor. Foto: REUTERS/Kim Kyung-Hoon
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